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Aida vivía en un Centro de Protección de Menores con sus ocho hermanos desde que tenía 10 años. A los trece años hizo la primera petición para tener una familia colaboradora. Una familia colaboradora es un recurso de una persona o familia más grande que se ofrece a compartir fines de semana y vacaciones con los niños, niñas y adolescentes que viven en este tipo de centros. Son como unos “tios” que pasan tiempo juntos con sus sobrinos. No hace falta que sean grandes experiencias, lo que quieren estos niños es realizar actividades cotidianas, que, por su situación, no tienen.
Esa primera petición fue denegada porque la experiencia de su hermana mayor había sido negativa. A los 16 años, lo volvió a solicitar y finalmente pudo ser. Aida y Mº Luisa empezaron a escribirse por Facebook hasta que el recurso fue aceptado y empezó el proceso oficial.
El proceso es lento y requiere de un seguimiento especializado para que realmente funcione. El primer contacto es en el centro durante una hora con el psicólogo y la trabajadora social delante. Después otro día durante una hora, pero a solas. El siguiente día es fuera del centro y, poco a poco, pasan más tiempo juntos hasta un fin de semana entero o parte de las vacaciones. Así fue también para Aida y Mº Luisa y Fernando.
Algo que para la gran mayoría de los niños es algo normal, para los niños y niñas que viven en estos centros es la única oportunidad que tienen y que consiguen gracias a formar parte de una familias colaboradora. Pero es mucho más que tiempo. Las familias colaboradoras ofrecen nuevos patrones de relaciones a los que los niños y niñas no están acostumbrados. Vínculos continuados, estables y desinteresados. Para ellos es difícil creer que haya personas que hagan esa labor desinteresadamente porque las personas que les cuidan en el centro, lo hacen como su trabajo y sin poder ofrecer una atención tan personalizada, en ocasiones. Romper ese esquema es muy importante para la formación de los menores, desarrollando su autoestima y la confianza en sí mismos.
También representan un gran apoyo para afrontar la vida. Estos niños y niñas están acostumbrados a sentirse a veces muy solos y sin una red de apoyo, lo que le dificulta mucho su proceso de emancipación cuando cumplen los 18 años y tienen que abandonar el centro. Tienen menos oportunidades que las chicas y chicos de su edad.
En el caso de Aida, después de una conversación con Mª Luisa y Fernando, decidieron que se fuera a vivir con ellos permanentemente cuando cumplió los 18 años.
Crecer con Futuro es una asociación que busca personas a las que les apetezca compartir fines de semana y vacaciones con niños, niñas o adolescentes que viven en centros de protección formando así una familia colaboradora. Además, asesora, forma y acompaña a las familias durante todo el proceso para que funcione. También sensibiliza a la sociedad sobre la necesidad de más familias colaboradoras para los más de 20.000 niños y niñas que se encuentran en esta situación en España.
La Asociación nació de la mano de cuatro hermanas, que después de viajar a Paraguay y ver la situación en la que vivían niños y niñas en un basural, muchos incluso sin identificar y trabajando desde muy pequeños. Trabajaron para mejorar la situación y una vez que el proyecto era sostenible desde allí, buscaron un nuevo proyecto infantil desconocido. Como dos de las hermanas ya estaban realizando diferentes tipos de acogida, decidieron que ese iba a ser el próximo proyecto: los niños y niñas que viven en los centros de protección de menores para darles visibilidad a su situación y ofrecerles una alternativa familiar. El objetivo siempre ha sido y sigue siendo mejorar la vida de los menores y ofrecerles nuevas formas de relación.
Eso es lo que ha conseguido Aida: una familia y un apoyo incondicional, lo que le ha permitido ser la persona que es. Sabe que su vida no hubiera sido igual sin Mª Luisa y Fernando. Su apoyo, le ha permitido independizarse y crear su propia familia en la que quiere replicar los modelos de relación que ellos le han enseñado con su propio hijo. Aida se plantea cuál hubiera sido su presente y futuro sin una familia colaboradora y sabe que hubiera sido mucho más difícil seguro.
Por eso es tan importante y necesaria Crecer con Futuro: para que estos niños y niñas, que no tienen responsabilidad ninguna sobre su situación, tengan las mismas oportunidades que cualquier otro niño.
Si quieres apoyar a la asociación, puedes unirte a su Grupo Teaming para que puedan llegar #contigohastalaluna. Enlace aquí
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